Perdida, sin rumbo. ¿Futuro?
Como no sea el de mañana… ¿Metas? Alguna que otra. ¿Sueños? Demasiados. ¿Decisiones?
Ni-una-sola.
Pensar en decidir el
futuro cansa, y mucho. Si ni siquiera sé lo que voy a hacer pasado mañana, ¿cómo voy a saber lo
que haré el resto de mi vida? Que si carreras, que si universidades, que si cursos, que si másters, que si llego a la nota...
Lo que sí he sabido desde
hace mucho es lo que no voy a dejar de hacer: música y escribir. Y quiero ser
y hacer alguien relacionado con esto. ¿Es una meta? ¿Una vana ilusión? ¿Un sueño del
que despertaré cuando me encuentre de frente con la realidad? Si, puede ser que
así sea. Pero ¿y qué? En esta vida hay que tener metas, sueños de futuro,
pruebas que afrontar. Y cuando las pasemos, sabremos que de verdad podremos
cumplir nuestras metas. Para qué mentir, nuestros planes
no saldrán perfectos del todo. Habrán
obstáculos, bifurcaciones en nuestro camino que nos harán dudar entre el camino
que da más vuelta pero es llano y el que es recto pero lleno de contratiempos. Habrá que buscar alternativas, pequeños
objetivos que nos lleven a esa meta tan deseada. No nos podemos dar por
vencidos a la primera caída. Ni a la segunda. Ni a la tercera. Esas caídas nos
tienen que dar fuerzas para seguir adelante. Es nuestro futuro.
Si todo saliera perfecto, nuestro camino sería
demasiado fácil. Sin riesgo, sin emoción, sin contratiempos, sin
superaciones.
Así que: sí señor, voy a escribir y a hacer música.
¿El que la sigue la consigue, no?
Lau
"Me gusta estar a un lado del camino, fumando el humo mientras todo pasa. Me gusta abrir los ojos y estar vivo, tenérmelas que ver con la resaca."
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